La tecnología de los recubrimientos en polvo comenzó en los años 70 y las primeras patentes y desarrollos aparecieron en los años 50. Los recubrimientos en polvo son sistemas 100% sólidos, lo que significa que no contienen líquidos, ni disolventes (ni siquiera agua) ni componentes volátiles peligrosos, lo que convierte a esta tecnología en una de las mejores opciones sostenibles del mercado de recubrimientos.
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